sábado, octubre 04, 2008

Extremos

Mi sol de noche eres tan lejano
como las estrellas de la mañana,
tan distante como vuelo que emprende
el ave en busca de un nuevo cobijo.
Tan callado como el ensordecedor
silencio del horizonte.

Mi dulce corazón racional eres tan
cercano como el viento cuando rosa
mi mejilla, tan cálido como el abrazo que
cobija los rayos de luz del infinito.
Tan vívido como las utopías de literatos
convertidas en realidad.