Sí, te escribiré todas las noches,
sin ningún remordimiento, sin ningún
entendimiento, sólo la luna y las
estrellas son mis testigo, solo ellas
comprenden mi delirio.
locura, entienden mi penumbra,
y padecen del hechizo de tus ojos
luz de luna, que iluminan mi
destino y cegan mis deseos más furtivos.
hasta que el sueño me haga presa
y me engañe con su encanto,
hasta que se me seque el alma y el
viento borre mis recuerdos.
una y mil lunas, te escribiré con
las estrellas sobre el azul del
firmamento, hasta que escuche
de tu boca cuanto me deseas.
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